Desarrollo histórico de la marina en Al Ándalus

Desarrollo histórico de la marina en Al Ándalus

El agua es la sustancia que existe de mayor cantidad en el planeta azul, puesto que sus tres cuartas partes están cubiertas por agua, salada en su gran parte. Una sustancia que contribuyó en el desarrollo de todas las formas de vida de la Humanidad. Desde su existencia, el ser humano aprovechó de este elemento, por lo cual desempeñó un importante papel en la construcción de grandes civilizaciones como representó en unos casos la causa de la desaparición de muchas. No obstante, de un lado histórico, era de costumbre estudiar la historia por superficies terrestres más que marítimas, así que resulta más difícil tratar una historia a propósito del mar de la misma forma como se trata una historia a nivel terrestre. Durante muchos siglos, el mar ha sido un factor en el nacimiento de culturas ricas y diferentes; sabemos que el mar separa y une al mismo tiempo. Aun así lo que nos interesa más es estudiar el Mediterráneo que fue sin lugar a duda un puente entre muchas y diferentes civilizaciones, mentalidades y religiones. Al Ándalus representa un ejemplo claro de lo que ofreció el mar Mediterráneo a esta civilización inolvidable. En este sentido, nos toca pensar que la manera idónea para estudiar el impacto del mar sobre el auge de esta civilización, especialmente en época Califal Omeya, durante el siglo X, es desde el lado político-militar, puesto que a lo largo del tiempo, la Historia ha mostrado que la fuerza militar de los Estados ha sido y es un elemento determinante del mantenimiento de sus poderes; por eso con este trabajo, intentaremos contestar a la problemática siguiente: ¿Qué papel han desempeñado las fuerzas marítimas en el auge y el esplendor de Al Ándalus, en la época califal omeya de Abd al-Ramán III? El estudio del poderío de las fuerzas marítimas en Al Ándalus presenta un gran interés por sus misterios y puntos de interrogaciones que se plantean en los diversos campos de la vida andalusí, puesto que la marina musulmana en general y andalusí en particular representa una de las grandes desconocidas .

Desarrollo histórico de la marina en Al Ándalus

La marina musulmana en Al Ándalus tuvo que pasar por diferentes etapas históricas para llegar a lo que será en un tiempo posterior: «No parece exagerado el afirmar que fue en el Mediterráneo donde se desarrolló la aventura marítima y mundial del Islam… En el Mediterráneo no flota ya ni una tabla cristiana» (Braudel, 1993, págs. 58-68).

El nacimiento de la marina árabo-islámica

Se pensaba que todos los árabes eran beduinos, que sus conocimientos no superaban sus territorios terrestres; sin embargo y antes de la época islámica, los árabes ya practicaban y conocían el arte náutico en el Mar Rojo, el Golfo Pérsico, y en el Océano Indio. Es verdad que no vio mucha progresión debido a la falta de cantidad y calidad del material -madera y hierro- que no le permitió desarrollarse más. Esta existencia naval fue creada por razones comerciales más que otras. Así que los intercambios comerciales con otras regiones, desde la India hasta Egipto que se realizaban en la mayoría de las veces por el mar, han hecho que la Península Arábiga sea un territorio de igual importancia que Siria y Egipto de aquel momento.

Los yemeníes por ejemplo “tomaban parte muy activa en tráfico marítimo, por lo que contaban ya con experiencia náutica” (Delgado, 1991, pág. 62). Además, había ciudades que disponían cada una de ellas de un puerto en el Mar Rojo en que mencionamos La Meca y Yatrib -la futura Medina- que mantenía relaciones con sus vecinas de la costa africana. La llegada del Islam ayudó a la Península Arábiga a abrir otras rutas marítimas, más bien dicho, la expansión musulmana fuera de las fronteras puso en contacto la Península Arábiga con el Mediterráneo, eso después de la conquista de las costas sirias y egipcias. No obstante, la primera expedición naval musulmana por el Mediterráneo fue de Chipre en 649, y que tomó tanto tiempo por el argumento de la falta de experiencia de los árabes, pues sentían miedo hacia el Mar Mediterráneo, por eso esperaron hasta la incorporación de los nuevos territorios conquistados, que eran experimentados nautas, para la iniciación de una política marítima, adoptando unas medidas defensivas que les hicieron llegar a una superioridad igual al Imperio bizantino en el plan naval, en que citamos:
• La construcción de fortalezas en las costas,
• La repoblación de la zona mediante una política de concesiones territoriales,
• El establecimiento de contingentes militares,
• Un sistema de torres vigías para detectar los ataques del enemigo, utilizando señales de humo durante el día y el fuego durante la noche, con el fin de transmitir los mensajes para preparar la defensa (Al-Baladuri, 1968, pág. 128). Así que se instalaron centros de gobierno lejos de las costas para evitar la incursión marítima del enemigo; se contó con la ayuda de los sirios y egipcios que tenían un largo saber náutico. Tampoco se puede olvidar el papel de una gran experiencia yemení que ha desempeñado en la construcción y el desarrollo de la marina en Oriente como en Occidente.

La misma política nauta se activó en tiempo de Utman b. Affan , y la creación de la marina de guerra musulmana en el Mediterráneo fue por Muawiya b. Abi Sufyan en cargo de gobernador de Siria primero y luego como Califa. Ese último hizo desarrollar una ambiciosa política naval, ayudado por el gobernador de Egipto, en aquel momento Abd Allah b. Sad b. Abi Sarh , actuando juntos en la mayoría de las veces. Las flotas musulmanas tenían como primeros objetivos conquistar a las islas de la cuenca oriental mediterránea, empezando por Chipre, conquistada en 653. Posteriormente, y en el año de 655, se enfrentaron con la marina bizantina en una batalla naval llamada por los árabes “Dat al Sawari” o “Gazwat al Sawari”
-batalla de los Mástiles-, ocurrió frente a las costas de Licia actual Turquía y que terminó con una gloria musulmana, después de la derrota de la flota bizantina. La gloria tenía que durar muy poco, pues con el asesinato del Califa Utman que forma parte de los Banu Umaya, se estableció una crisis que provocó una inestabilidad dentro de la comunidad musulmana o como la llamó Jorge Lirola Delgado “una ruptura político-religiosa” (1991, pág. 64) por el enfrentamiento del primo del Profeta Ali b. Abi Talib y Muawiya b. Abi Sufyan, gobernador de Siria que es también de los Banu Umaya. Esta crisis paralizó la actividad naval.

En el año de 661, Muawiya es ya proclamado Califa después de la derrota de Ali; tomó a Damasco como centro de gobierno, y durante su Califato las acciones navales volvieron a ver luz. Con Muawiya, la joven comunidad musulmana se encuentra con una época distinta, que se caracteriza por una política naval desarrollada, planificada y perfectamente organizada a pesar de no obtener todo los frutos esperados (Delgado, 1991, pág. 65). Tenía como objetivo conquistar a Bizancio, pues empezaron desde el centro del Imperio, Constantinopla, pero los árabes sabían muy bien que no podrían vencer las fuerzas marítimas de Bizancio puesto que la recuperación de Alejandría por los bizantinos en el año de 645 era el claro ejemplo, y al mismo tiempo representó el significado idóneo de la necesidad de luchar contra el enemigo y para cumplir las expansiones islámicas. Cuatros años después, se realizaron la primera expedición hacia Chipre que era una base naval bizantina dispuesta para los ataques contra las costas sirias y egipcias. Luego, se organizaron unos ataques musulmanes imparables a las islas griegas, empezando por Creta y Rodas; en esta última se estableció una colonia musulmana en el año de 672 y lo probable que servía de cabeza de puente para los ataques (Delgado, 1991, pág. 65); y en el año de 678, se fundó otra base naval en Cízico, pequeña isla localizada en la costa meridional del Mar de Mármara . Con estas últimas conquistas, se realizó una cadena de bases navales Chipre, Rodas y Cízico, lo que facilitó el circuito con las costas sirias y egipcias hasta la capital bizantina.

La Conquista de la Península Ibérica por la flota Ifriquí 

Al hablar de la Península Ibérica, hay montones de leyendas e historias relatadas y que son fabulosas en relación con la conquista de Al-Ándalus. Con eso, se vuelve a aparecer la historia más reconocida de las primeras expediciones de Al-Ándalus, señalando la relación del Conde don Julián con Musa b. Nusayr, en que esté último animado por el primero, escribió al Califa Al-Walid  en Damasco para pedirle autorización para realizar la expedición; la respuesta fue positiva, y con la ayuda de don Julián, y en el mes de ramadán del año 91/julio 710 (Delgado, 1991, pág. 80), Abu Zar‟a Tarif b. Malluk al Ma‟arifi acompañado por 400 hombres de infantería, 100 caballería, y 4 naves ofrecidas por don Julián, hizo una expedición en la que sería Tarifa y regresa con “un gran botín sano y salvo” (Delgado, 1991, pág. 80).

Esta expedición fomentó la conquista de la Península Ibérica con 7000 hombres beréberes encabezados por Tariq b. Ziyad  en el año de 92/711, reforzado después por 5000 soldados completando en número de 12000 soldados. Así se conquista la Península Ibérica con sólo 12000 soldados, algo que refiere a muchos factores que hicieron esa conquista posible, el principal fue la ausencia de una resistencia por parte del pueblo ibérico, y los problemas internos del Estado visigodo, además de la descomposición dentro del reinado visigodo. Delgado señala en el mismo dicho “no tenían como enemigo, a diferencia de lo que ocurría en Sicilia, al Imperio bizantino…” (1991, pág. 77).

Situación naval de la tierra recién conquistada “Al Ándalus”: ?Piratería o Corso? 

La Península Ibérica es ya conquistada y llamada “Al Ándalus”. No se conoce hasta ahora el origen de este nombre, pero de todos modos no nos interesa tanto la apelación como la política naval de esta tierra. El arsenal de Túnez fue la base naval clave que ayudó a conquistar Al Ándalus, y lo más lógico o esperado en este momento en que ya la Península Ibérica está en manos de los musulmanes, es la construcción de una marina andalusí como ha pasado anteriormente con las demás regiones conquistadas como Egipto, Siria y el Norte de África o la llamada Ifriqiya. A este asunto, dejemos la palabra al historiador Delgado: El mar y el poderío naval estuvieron siempre estrechamente ligados a la historia de esta península, de modo que cuando los pueblos que ocupaban su suelo carecían de la fuerza marítima adecuada veían gravemente comprometida su estabilidad, hasta llegar a ser, incluso, desalojados de ella… (1991, pág. 43) Con eso se confirma la fuerza que imponía el mar; sin embargo la cosa no fue tal y como ha sucedido antes con las otras regiones, en que los musulmanes andalusíes tomaron suficiente tiempo para la construcción de esta marina, sólo hasta el emirato de Abd al-Ramán II donde se empieza a dar más importancia a ese sector, como consolidación después del ataque de los normandos. Además de eso, el emir Abd al-Ramán II reforzó su flota, construyendo un arsenal en Sevilla: Es idea bastante generalizada y aceptada que los musulmanes andalusíes no sintieron necesidad de organizar una fuerza naval hasta el emirato de „Abd al-Rahman II, a consecuencia del primer ataque normando a las costas peninsulares (229-230/844), interesándose mientras tanto de un modo especial por consolidar la conquista y solucionar los problemas internos. (Delgado, 1991, pág. 88) Aun así, la existencia de un desarrollo naval a nivel oficial todavía no existía “ no puede hablarse de la existencia de vida náutica durante todo ese tiempo…” (Delgado, 1991, pág. 88). En juicio del autor Morales Belda también: “los 130 años de Al-Andalus fueron de economía marítima „privada‟ únicamente” (1970, pág. 85); pues en general la necesidad naval fue delimitada entre la pesca y los asuntos comerciales, pero como una fuerza naval no fue de tan progreso en aquel momento, sólo se utiliza para el poder central, para el transporte de las tropas en la región del Estrecho, aunque no se sabe si eran propios del Estado o pertenecían a particulares de uso comercial; pero en aquellas ocasiones podían ser alquilados por el Estado con motivos oficiales (Morales Belda, 1970, págs. 84-86).

Desde la caída del Imperio bizantino, el Mediterráneo entró en una situación de declive, se propaga una crisis a nivel marítimo o más bien dicho y como la ha llamado Guichard la época de la piratería sarracena del siglo IX y X: “en los siglos IX y X, el fenómeno que domina la historia de las relaciones entre la Europa cristiana y el mundo musulmán es el de la piratería sarracena en el Mediterráneo occidental” (Le Goff & Schmitt, 2003, pág. 391). Aun así, cabe señalar que a mediados del siglo VIII, la fuerza marítima musulmana se vio frente a una situación de inclinación a nivel náutico, después de una derrota marítima por parte de las fuerzas bizantinas que según Lewis: “el cambio momentáneo que se produjo a mediados del siglo VIII, por el que los bizantinos recobraron la supremacía naval frente a los musulmanes” (1951, pág. 69); y en el año de 747,los musulmanes perdieron a Chipre. Este evento en Oriente afectó probablemente la Cuenca occidental también donde se produjo un retrocede en las fuerzas musulmanas. Pues “en el año de 752 se interrumpieron las algazúas lanzadas por aquellas en el Mediterráneo” (Delgado, 1991, pág. 100). Lewis comparte otra opinión a propósito de eso y lo explica: “estos cambios en parte por la reorganización naval bizantina, que utilizó el eficaz y económico sistema de temas como método de defensa, si bien el dominio bizantino no alcanzó al Mediterráneo más occidental” (1951, pág. 69). Sin duda la situación musulmana escogió cambiar, y en los últimos años del siglo VIII comienzos del siglo IX, las conquistas o mejor dicho las algazúas musulmanas por mar se reactivaron otra vez como urgencia por los ataques que se produjeron por los vikingos contra las costas del sur de Al Ándalus, confirmando Guichard: “los emires de Córdoba sólo comenzaron a formar una flota del Estado a raíz de los ataques: normandos” (1987, págs. 82 83). A este efecto, en el año de 844 y 861, las costas del sur de Al Ándalus fueron atacadas por los vikingos llamados por los musulmanes “mayus”; al respecto, es necesario recordar las palabras del autor Shamsuddín Elía: “la marina andalusí causó estragos entre los vikingos, marinos por demás experimentados, utilizando proyectiles incendiarios (niÿam al-naft) y numerosísimos arqueros (ar-rumat)” (2012, pág. 2).

Las fuerzas marítimas durante la época de Abd al-Ramán al Nasir (912-961)

El mar fue el medio principal para lograr dominar la Península Ibérica, puesto que volvió una necesidad y la única forma para comunicar con el resto de los territorios del mundo musulmán: “Los andalusíes se vieron obligados a explotar su actividad náutica para poder mantener un contacto fluido con el resto del islam” (Donoso, 2003, pág. 257); por eso Al Ándalus estaba obligado a crear y desarrollar una sólida fuerza marítima, y añade el Profesor del Instituto Argentino de Cultura, Ricardo H. Shamsuddín Elía: Es idea comúnmente aceptada que a los omeyas andalusíes no pareció interesarles demasiado promover a nivel oficial el desarrollo naval hasta que, en el año 844, aparecieron los normandos o vikingos y causaron destrozos en las costas de alÁndalus, llegando a penetrar por el Guadalquivir hasta Sevilla. (2012, pág. 3) Así y como hemos mencionado antes, los ataques normandos fueron uno de los principales motivos para el desarrollo naval andalusí, pero toda esta fuerza llegó a su cúspide sólo en la época califal omeya más específicamente en el período de Abd al-Ramán III.

El Califato Omeya de Abd al-Ramán III 

En el siglo X más precisamente en el año de 912, accedió al poder el octavo y último Emir omeya y posteriormente el primer Califa omeya en el Occidente, Abd al-Ramán b. Mohamed más conocido como Abd al-Ramán III y apodado al-Nāṣir li-d n Allah, quien heredó un Estado de situación inestable desunido y lleno de problemas y luchas, lo que ha hecho que la figura del Emir pierda su poder. No obstante, es él quien logró la transición de un Emirato a un Califato bien asegurado y fuerte: “Abd al-Rahmán III… consiguió convertir en un reino sólido y firme” (Delgado, 1991, pág. 172). Reinó a los veintiuno años durante cincuenta años, un largo reinado donde adquirió desarrollar el Estado en todos los sectores a nivel externo e interno “Al-Andalus se convirtió así en un verdadero estado, con unas estructuras claramente definidas” (Delgado, 1991, pág. 172).

La llegada de Abd al-Ramán III al trono hizo que Al Ándalus conviviera con unos cambios radicales en todos los niveles tanto sociales como políticos, económicos y culturales. En lo militar, restableció la autoridad omeya en el interior del Estado y en su exterior y lo más obvio de estos restablecimientos, como hemos ya mencionado anteriormente, el proclamarse Califa; este evento fue de tan eco en el mundo musulmán y fue también el resultado de los sucesos producidos en el Norte de África con los Fatimíes quienes fundaron un Califato herético, e incluso de la situación estable y excelente que vivía el Estado andalusí en aquellos momentos .

Una política de prestigio exterior es lo que ha emprendido al-Nasir para su Estado “recibiendo su gobernante multitud de embajadas, a través de las que numerosos estados pedían al califa cordobés el establecimiento de relaciones” (Delgado, 1991, pág. 173). A propósito del sector económico, fue de gran prosperidad igual al sector anterior pues los intercambios comerciales crecieron día tras día tanto de fuera como de dentro de Al Ándalus, de forma que la hacienda estaba en su esplendor .

Conclusión 

La potencia marítima de un estado ha sido a lo largo de los siglos un factor concluyente de su pervivencia. De ahí, los países de salida al mar fueron obligados a fomentar sus fuerzas marítimas. El siglo X encarnó el esplendor de una civilización tal y como Al Ándalus que fue el caso que nos ha interesado, estudiar el impacto de sus fuerzas marítimas sobre su pervivencia y su apogeo.

 

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Table des matières

Introducción 
Capítulo I: Desarrollo histórico de la marina en Al Ándalus
1.1 El nacimiento de la marina árabo-islámica
1.1.1 Conquista del norte de África y creación de su marina..
1.1.2 Creación del primer arsenal en el Norte de África
1.2 La Conquista de la Península Ibérica por la flota Ifriquí
1.3 Situación naval de la tierra recién conquistada “Al Ándalus”: ¿Piratería o Corso?
Capítulo II: Las fuerzas marítimas durante la época de Abd al Ramán al-Nasir (912-961)
1.1 El Califato Omeya de Abd al-Ramán III
1.1.1 El restablecimiento del reinado
1.1.2 El título de Califa: una adquisición propia
1.1.3 La utilización del camino náutico en la vida andalusí
1.2 Construcción de embarcaciones navales en Al Ándalus
1.3 La política militar marítima
1.3.1 Estrategias y armas
1.3.2 Defensa costera
Conclusión

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